DISFRUTA DEL LUJO DE SER TÚ MISMA BAILANDO
Nunca me habría imaginado que me importase un rábano bajar la basura en pijama. Pero eso es a lo que una se expone cuando pasa la treintena. Tampoco que tuviera que buscarme excusas para no salir un sábado por la noche. Simplemente, no lo hago si no me apetece. Ahora prefiero leer historias en los ojos de la gente.
Tampoco me imaginé que mi grupo de amigos se vería reducido a la mitad, y que tuviera que empezar a buscar gente nueva y nuevas distracciones. Pero lo cierto es que llegó un momento en que me apeteció divertirme de forma diferente, y no sólo salir a tomar copas.
Una amiga me contó un día que se había apuntado a un grupo de Danza Coreográfica en Maxidance. Yo lo había pensado en alguna ocasión, pero me daba mucha vergüenza ir sola. Además, siempre he creído que hacer ejercicio en compañía es mucho más divertido. Así que decidí apuntarme con ella. Por entonces yo estaba yendo al gimnasio un par de días a la semana. Antes de apuntarme, seleccioné posibles ventajas e inconvenientes de ir a bailar. ¡Y sólo me salieron ventajas! Esto es lo que descubrí:
-
Bailar me haría ser más disciplinada, lo cual influiría positivamente en todas las áreas de mi vida, incluso en la búsqueda de trabajo. En ese momento estaba desempleada y los días pasaban a veces sin mucho sentido.
-
En cuanto al tema económico, si dejara el gym y compatibilizara el baile dos días a la semana con salir a hacer running… ¡hasta ahorraría dinero! Además, pagar la academia no me supondría mucho más de lo que gastaría un mes en ropa.
-
Por otro lado, estaría haciendo una inversión de futuro en todo mi cuerpo, retrasando el proceso de envejecimiento ahora que todavía era joven. Si, ya sé que no se piensa mucho en eso a los 30, pero… ¡yo soy así!
¡Así que empecé a bailar! Mi siguiente meta será entrar en un grupo de competición, aunque he de reconocer que la mayor competición cuando bailas es la que tienes contigo misma. Mi sensación de bienestar físico y psicológico ha mejorado enormemente. Me he vuelto más positiva y… ¡soy más feliz!
En Maxidance he encontrado el mejor ambiente. Los compañeros y compañeras ya son colegas con los que salgo, si quiero, a tomar copas los fines de semana. Nunca como obligación o por sentirme aburrida. Mi vida tiene otro sentido. Me lo paso genial compartiendo experiencias y poniendo mi cuerpo en forma con cada clase. ¡Ah! Y he conocido a alguien muy interesante con quien compartir algo más. El baile nos hace sublimes, ligeros y, aunque sea en grupo, siempre hay un momento para la sensualidad. Y ya no puedo dejar de bailar. ¡Me encanta! Me hace sentir muy a gusto conmigo misma.
He descubierto el lujo de ser yo misma bailando, porque el bailar es la combinación perfecta:
Diversión + ambiente + gente nueva + ejercicio y salud.
Y tú, ¿a qué estás esperando?
____
Esta es una historia inspirada en Martina, estudiante de Danza Coreográfica en MaxiDance. Como ella, puedes compartir con nosotros encuentros increíbles, donde ser puedes ser tú mism@ y aportar creatividad, lo que te permitirá mejorar tu técnica de baile y, si quieres, llegar a competir.